domingo, 19 de noviembre de 2006

tus botones

no me preguntes qué hago aqui despierta.
cuando decidí finalmente atreverme a definirme hacia ti, no lo recuerdo. pero puedo decirte que supe exactamente el momento justo, cuando el mundo me cambio a mi.
tampoco tiene mucho significado el hecho de que yo misma me enrede y me desenrede a mi antojo, cuando tú solo dices lo que tienes que decir y nunca, sé más de lo esperado.
cuando tengo que seguir tu rastro para adivinar en qué estarás pensando.
y lo que pasa después es esto, me despierto a media noche y lo primero que veo es tu sonrisa de medio metro, y me da por imaginar cómo sería que me llamaras tu amor. y después,
gira y gira sin poder conciliar sueño que valga, porque ninguno se acerca ni por un solo momento, a la definitiva y rotunda realidad.
que no digo ni mala ni buena, solo, profundamente y meticulosamente correcta.
tú y yo tendremos parques, tiendas y aceras nuestras. y escribirás tu nombre y el mio dentro de un corazón en blanco de tus ojos, para verte y acordarme de porqué me enamoré.
sueña,
sueña y espera.
la larga espera indefinida por tu identidad desconocida.
no me preguntes, qué estoy haciendo aqui despierta. si me asustan los sueños cuando me acuesto pensando que será, que nadie quiere hacer ya de Morfeo, prácticamente, estoy destinada a estar presente en todas mis fantasías que van,
y vuelven de besarte.
a la espera, siempre atenta de quien podrá convencer a la otra de qué es lo que quiere.
o de si podré yo, abrocharte todos esos botones que nadie ha podido encajar nunca. o será, por el contrario, a quien permitirás desabrochar todos estos botones,

esos que nadie ha podido desencajar nunca.

sábado, 18 de noviembre de 2006

hablodeti

hablodeti



incluso cuando me haces creer que ya nada importa,

me acuerdo de ti.

y si no suena el teléfono cuando espero tu llamada no podrás romperme el corazón

porque ya tiene mucho de roto

y muy poco de mi.



porque cuando hablodeti, no pido permiso para hacerlo.

ni tampoco pienso hacerlo cuando no me apetezca más que abrazarte y decirte que seguro que el mundo tiene envidia y está lleno de pereza y mentiras,

de miradas que no se atrevieron a mirarte

y heladas metiendo las manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuore transparente.



y que tu seas tan fugaz,



como el puto viento. que cuando pasa ni avisa,

ni besa.



que prefiero no tener que darte más razones para amarme que arriesgarme a llevarme a tu reino de mitades,

a tu indiscutible victoria de confusión y control por encima de todos.

sobretodo de mi.





extrañas. eso es lo que somos, en la superficie,



nosotras dos.