lunes, 11 de diciembre de 2006

la vida es

la vida es, tiempo. y su contrario, sueños que lo duermen.
que aunque lo parece, no están tan lejos. si yo lo sé, es cuestión de una hora y media el verte. o dejarlo todo, que no es mucho, y buscarme una nueva habitación a la que ponerle nombre y de paso, ponerle uno nuevo a mi vida.

ahora, todos saben escribir. a la mierda, yo no sé hacerme entender. por eso cuando me leen solo ponen caras raras y yo sonrio como sabiendo que no tiene sentido intentar explicarte qué hay escrito. ahora, todos quieren hablar de cosas metaforicas y de sentimientos tan solo suyos. historias que nadie lee, historias como la mía, vulgar y corriente, niña que traumatiza a su resistencia con frases que mientras más se enganchen, más la lian y la arrastran al fondo del no volver a salir nunca más.
navidad, navidad, dulce navidad.
me siento mas lenta y vacia que el resto del año y no tengo dinero ni para regalarme un abrazo. ni nieva, ni se congela mi infierno. ni creo ya en pedir deseos al soplar las velas ni en pedirle tu corazón a los reyes magos.

con calma, perdiendo quizá la paciencia que tenía hace unos días, montando castillos de naipes en el agua y ahogándolos con mis diez dedos. dedos que se pasean por el polvo de mi cama, labios que se borran cuando no hay donde ponerlos.
¿quién no se ha enamorado del amor nunca? unos a otros nos convertimos, en típicos y tópicos. y el intentar sobresalir, te convierte en un maldito duende sin piernas suficientes.

corre Extraña, corre. entre las calles que tu misma has dibujado, siempre ahorcándose con sus cordones, siempre, abriendo el corazón y tatuando nombres de super estrellas muertas. que siempre quieres entrar donde menos te esperan, que te da igual, si en vez de una tormenta te caen dos. o millones de ellas.

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